Tiene por finalidad mejorar la comprensión lectora
en los alumnos de la II Etapa de Educación Básica,
con la realización de estrategias cognitivas
que promueven el gusto por la lectura,
permitiendole ampliar conocimientos,
vocabulario y a la vez aprender a
escribir, con la utilización del
recurso tecnológico del blog.

Autoras: Carmen Campos y Flor Campos

miércoles, 17 de marzo de 2010

LAS MONEDAS DE PLATA

Aquella tarde Máximo y Noemí estaban jugando a los extraterrestres en el bosque cuando Máximo se detuvo un momento en silencio, extrañado por no escuchar el sonido del clarinete del Sr. Ruiz, cuyas melodías les acompañaba todas las tardes de sábado.

El Sr. Ruiz era un profesor de la escuela de música de la localidad que solía practicar con su clarinete, aprovechando la tranquilidad que había en la cabaña que tenía en el bosque, todas las tardes de los sábados. Noemí subió a un árbol para ver mejor la cabaña y se extraño igualmente del silencio de aquella tarde.

"Tienes razón, pasa algo raro. Espero que no sea nada malo." Fue decir eso cuando se escuchó un lejano grito.

"¡Me han robado¡".

Máximo y Noemí corrieron hasta la cabaña y al llegar vieron al Sr. Ruiz parado frente a la puerta que se encontraba abierta de par en par.

"Me han vuelto a robar", gritaba sin parar hasta el momento en que se percató de la presencia de los niños.

"Máximo. Noemí. Hola."

Dijo tratando de controlar su enojo. "Abrí la puerta de la cabaña y en ese momento me di cuenta que me faltaba la boquilla de mi clarinete, así que volví a mi casa para recogerla. Salí de la cabaña sólo por unos minutos. ¡Y han aprovechado para robarme."

Máximo y Noemí no habían visto nunca el interior de la cabaña, pero habían oído hablar que el año anterior también le habían robado. Para que no le volvieran a desvalijar, el profesor de música había atornillado todos los muebles nuevos al suelo, desde la mesa del centro, la única silla e incluso los muebles con cajones. A primera vista, nada parecía fuera de lugar. Pero Noemí vio trozos rotos de cerámica de color rosa sobre la mesa y le dijo.

"¿Alguien ha roto su hucha?". En ese momento se le cambió la cara y entrando en la casa, exclamó

"¡Seguro que se han llevado mi pequeña colección de moneda de plata que estaba en una hucha de barro¡", cruzó la habitación hasta llegar a una estantería que había en la parte alta de la pared y alargando el brazo y de puntillas pasó la mano por encima.

"No está aquí".

"Han entrado para robar sin saber qué", dijo Máximo.

"El ladrón al ver la puerta abierta entró, buscó algo para robar, vio el cerdito hucha, la rompió sobre la mesa y…".

“Mira, pisadas" interrumpido Noemí.

"¿Son suyas Sr. Ruiz?"

"No", respondió, mirando el camino de huellas sobre el polvoriento suelo.

"Como te he dicho no llegué a entrar cuando me di cuenta que me faltaba la boquilla del clarinete y no he estado aquí desde el pasado sábado. Como la cabaña está en mitad del campo, es un lugar que se ensucia muy rápido de polvo."

Máximo siguió las pisadas que iban desde la puerta a la estantería y de allí a la mesa.

Después había una mezcla de pisadas que iban desde la mesa a varios sitios de la sala.

"Me pregunto lo que estaba buscando?".

Mientras, Noemí se acercó al mueble de cajones al observar dos círculos en el suelo como si alguien se hubiese puesto de rodillas.

"¿Por qué se arrodillaría el ladrón?", se preguntó en voz alta a la vez que se ponía también de rodillas. Enseguida vio un destello de

metal entre los muebles. Noemí introdujo su brazo a través del estrecho espacio entre los muebles y pudo sacar una moneda de plata. "El ladrón estaba tratando de coger esta moneda que se le caería al romper la hucha", dijo con orgullo al devolvérsela al Sr. Ruiz, a la vez que continuó:

"Además el ladrón llevaba unas zapatillas marcha " Skymaster” porque en las huellas se puede ver la rodadura de la suela. No se preocupe vamos a encontrar al ladrón".

La primera parada de Máximo y Noemí fue la única zapatería en la ciudad, allí le informaron que esa era una nueva marca de zapatillas y que como llegaron la semana anterior tan sólo se habían vendido tres de ellas. El primer comprador fue Tomas Ramos, jugador muy corpulento del equipo de baloncesto del Instituto. El segundo comprador fue el pequeño Luis Fernández que había salido hacia poco del correccional de menores en el que estuvo varios meses debido a pequeños robos en la localidad. El tercer par lo había comprado Lola Hidalgo, cuyo aspecto llamaba la atención ya que era tan alta como Tomas Ramos pero con un problema de anorexia que le daba un carácter agrio y solitario.

Al salir de la tienda Máximo comentó que iban a tener que espiar a todos ellos, sin embargo Noemí le susurró.

"No vamos a tener que espiar a nadie, porque creo que ya sé quién es el culpable". ¿Cuál fue el detalle que le permitió saber quien robó las monedas?.

Para ayudarte sigue estos consejos:

1. Lee atentamente todo el texto.

2. No des soluciones sin pensar si tiene lógica o no.

3. No se trata de una juego de acertar, si no de razonar.

4. Si no logras encontrar la solución mira atentamente el dibujo y vuelve a releerlo.

Si aún no lo sabes contesta estas preguntas que te servirán de pista:

1. ¿Dónde estaba la hucha cuando la cogieron?. ¿Y la moneda que se cayó al suelo?

2. ¿Qué características debía tener el ladrón para poder coger las monedas?

La respuesta es:

Si lo has logrado sin ayuda, eres un fenómeno, si no, no te desanimes en el próximo pon más atención en la lectura y en el dibujo y verás cómo lo logras.

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